Margaret Qualley es la última adolescente en la Tierra en esta "extraña película de ciencia ficción" en Netflix
%3Aformat(jpg)%3Aquality(99)%3Awatermark(f.elconfidencial.com%2Ffile%2Fbae%2Feea%2Ffde%2Fbaeeeafde1b3229287b0c008f7602058.png%2C0%2C275%2C1)%2Ff.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fd03%2Fa25%2Fb95%2Fd03a25b95a3eba706500cd473745f74d.jpg&w=1280&q=100)
La actriz estadounidense Margaret Qualley, conocida por la película La sustancia, protagoniza una de las películas de ciencia ficción más peculiares del catálogo de Netflix, ambientada en una Tierra devastada donde el aire se ha vuelto tóxico y la mayoría de los humanos ha huido a una luna de Júpiter. Esta propuesta postapocalíptica recupera un tono intimista y reflexivo que se aleja del espectáculo convencional.
El filme, titulado IO (o Sola en la Tierra), plantea una pregunta distópica: ¿qué ocurre cuando solo queda una adolescente en un planeta desierto? La historia sigue a Sam Walden (Qualley), una joven científica que ha decidido resistir en la Tierra pese al colapso ecológico. Aislada en una zona elevada donde aún se puede respirar, intenta criar abejas capaces de adaptarse al nuevo entorno mientras mantiene contacto con su pareja, que vive en una estación espacial cercana a IO, la luna donde se ha refugiado el resto de la humanidad.
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2Fb3e%2F97a%2F11b%2Fb3e97a11b6378bb3fc7f74834050c85d.jpg)
La llegada inesperada de Micah (Anthony Mackie), un viajero que busca escapar en el último transbordador espacial, altera la rutina de Sam y plantea un dilema vital: rendirse e irse con él o seguir creyendo que la Tierra puede salvarse.
En ese conflicto interno se ancla la película de 2019, dirigida por Jonathan Helpert, que recurre a símbolos clásicos y referencias mitológicas para reforzar su mensaje: el abandono del planeta también supone renunciar a la identidad, a la cultura y al arte que define a los humanos como especie.
Las ideas en IO resultan más poderosas que muchas superproducciones del género, que encuentra aquí una obra menos efectista pero cargada de intenciones. El medio Screen Anarchy la tildó de "extraña película de ciencia ficción", y para los espectadores que busquen en el catálogo de la plataforma una propuesta diferente sobre el colapso ambiental, esta historia solitaria protagonizada por Qualley puede convertirse en una experiencia estratosférica.
El Confidencial